Es evidente que el trabajo en las sociedades del denominado capitalismo tardío ya no es lo que era. ¿Y qué es lo que era antes el trabajo? A pesar de que la respuesta no es tan sencilla como nuestra primera afirmación presupone -ni admite una única respuesta-, se puede afirmar casi en términos de manual escolar que antaño el trabajo se organizaba en torno a la fábrica fordista. Dicha organización basada, entre otras cosas, en la producción masiva en serie, el desarrollo “extremo” de la división del trabajo, o el control taylorista del obrero en la línea de montaje puede documentarse fácilmente, por ejemplo, partiendo de las narrativas visuales: desde los Tiempos Modernos de Charles Chaplin, hasta la ingente producción Agit-Prop, o los murales de Diego Rivera en Detroit, numerosas prácticas artísticas y “extraartísticas” abordarán sin cesar la “naturaleza” y las consecuencias de una forma de trabajo cuya implantación trascenderá la propia esfera de la economía.
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