Ayuda
Ir al contenido

Dialnet


¿Pacificar o no pacificar?. Una comparación entre Canadá y México

  • Autores: Kevin A. Spooner
  • Localización: Revista de El Colegio de San Luis, ISSN-e 2007-8846, ISSN 1665-899X, Nº. 7, 2014, págs. 34-49
  • Idioma: español
  • Enlaces
  • Resumen
    • español

      Este artículo explora las divergentes actitudes de Canadá y México hacia el mantenimiento de la paz, explicadas en parte por las diferentes culturas políticas y el legado de conflicto militar. La renuencia mexicana a tomar parte del mantenimiento de la paz radica en una lealtad fundamental en su política extranjerahacia los principios de la no-intervención de los asuntos internos de otros Estados y el derecho a la auto-determinación. Canadá, en comparación, acogió el mantenimiento de la paz a través de la segunda mitad del siglo XX como una contribución internacional esperada de una potencia media; en efecto, este rol se arraigó en el imaginario nacional canadiense y en las percepciones de Canadá alrededor del mundo. Sin embargo, para mediados de la década del noventa Canadá había abandonado en gran medida las actividades de los cascos azules, debido a drásticas reducciones del presupuesto militar y a la redistribución de sus tropas hacia misiones supervisadas por la OTAN o por coaliciones reunidas para resolver conflictos específicos. El artículo concluye con la sugerencia que, paradójicamente, las dos naciones están convergiendo en su orientación hacia las operaciones de la ONU. Canadá ha cambiado el enfoque de sus contribuciones cada vez más hacia las operaciones policiales en vez de las militares, efectivamente limitando su participación en el mantenimiento de la paz. México, por el contrario, podría comenzar a participar en las misiones de la ONU con contribuciones comparables de personal no-militar, en su caso como un medio menos polémico de afiliarse a los esfuerzos internacionales de mantenimiento de la paz.

    • English

      This article explores divergent Canadian and Mexican attitudes to international peacekeeping, explained in part by differences in political cultures and the legacy of military conflict. Mexican reluctance to engage in peacekeeping is rooted in that nation’s fundamental devotion to the principles of both non-intervention in the internal affairs of other states and the right to self-determination that informs and shapes its foreign policy. Canada, by comparison, embraced peacekeeping through much of the second half of the twentieth century as an international contribution suitable to a middle power; indeed, this role became ingrained in the Canadian national imaginary and in the perceptions of Canada held by others around the world. By the mid 1990s, however, Canada had largely abandoned United Nations peacekeeping as dramatic cuts to defence spending limited capabilities and as soldiers were increasingly deployed on muscular missions overseen by either the North Atlantic Treaty Organization or coalitions of nations assembled to address specific conflicts. The article concludes by suggesting, paradoxically, that the two nations may now be converging in their approaches to support for U.N. operations. Canada has increasingly shifted its contribution to U.N. operations towards security and policing and away from the provision of armed forces personnel, effectively limiting Canada’s role in U.N. peacekeeping. Mexico, on the other hand, could begin to contribute comparable nonmilitary personnel to U.N. missions, but as a less contentious means of joining international peacekeeping efforts.


Fundación Dialnet

Dialnet Plus

  • Más información sobre Dialnet Plus

Opciones de compartir

Opciones de entorno