El coworking se está configurando actualmente como una nueva figura contractual dirigida a crear un entorno de trabajo colaborativo en el que se comparte un espacio de trabajo común y en el que cada uno de los contratantes asume unas obligaciones propias y específicas. El entorno colaborativo favorece que los pequeños empresarios puedan iniciar sus actividades profesionales reduciendo los costes que un local de negocio o espacio de actividad pueden generar, facilitando la existencia de estos «pequeños emprendedores». En el presente estudio analizaremos las principales características de esta nueva figura contractual, los elementos del contrato y su diferencia respecto al arrendamiento de bienes muebles.
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