Gustavo Díaz García, Lucas Díaz Sierra
El edificio se dispone en una única planta para potenciar de este modo el valor ecológico de su emplazamiento; sus magníficas perspectivas minimizan el impacto de la edificación, atendiendo a criterios básicos de accesibilidad. A partir de la consideración de su entorno urbano, con grandes espacios abiertos y torres de gran altura, se pretende proyectar un edificio que cree su propia escala y se proteja a sí mismo. Al mismo tiempo, la diversificación del programa de la escuela infantil aconseja independizar las funciones, agrupando aquellas cuyo desarrollo y uso sea común. La solución arquitectónica se desarrolla con claridad organizativa a través de formas rectangulares y diáfanas que permiten un fácil entendimiento y mayor grado de flexibilidad. Las fachadas se disponen según su orientación. Las fachadas opacas y con escasos huecos expresan la voluntad del edificio de protegerse de su entorno. Frentes acristalados que permitan la contemplación de los espacios ajardinados y una generosa iluminación natural, hacia el Paseo Marítimo con orientación noreste.
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