El mercado laboral español tiene tres características negativas: ultratemporalidad y empleos precarios, salarios de pobreza y bajas pensiones. La suma de estos tres elementos compone un panorama de empobrecimiento generalizado de los trabajadores y de los pensionistas españoles. Este es el modelo de país que está construyendo el Gobierno del Partido Popular , que no es una consecuencia de la crisis, sino de la elección de políticas económicas y de legislaciones laborales que suponen un trasvase de las rentas del trabajo a las rentas del capital, provocando que crezca desmesuradamente la desigualdad.
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