El presente trabajo analiza el papel protagonizado los bóvidos en general –esto es, Bos taurus, que incluye vacas, terneras, novillos y bueyes- y por el toro en particular, en los tiempos medievales. Se pretende presentar la simbiosis que existe entre el toro como animal natural y el símbolo. Por ello en su primera parte –la carne- se analiza la relación material entre el hombre y los bóvidos resumido en la explotación del animal como dieta y la utilización de sus productos así como su presencia en actividades como La Mesta. Una segunda parte aborda al toro dentro de la dimensión no material y las diferencias entre el símbolo religioso y el civil. Finalmente, en la tercera parte, se trata la interacción entre las dos dimensiones: la natural y la mental o simbólica siendo el mejor ejemplo las corridas de toros medievales cuyas diferencias con las actuales son evidentes. Nada de esto fue ajeno al Madrid medieval y sus tierras: carne y cuero, sangre y fiestas, arte y símbolo. Y como muestra de esa presencia, se describe un toro típico de aquellos tiempos: el jarameño
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