La educación -en el hogar- "para la no violencia"
- Autores: Miguel P. León Padilla
- Localización: Edetania: estudios y propuestas socio-educativas, ISSN 0214-8560, Nº. 35, 2008 (Ejemplar dedicado a: I Congreso Internacional sobre educación católica para el siglo XXI, Valencia, 28-30 abril de 2008), págs. 209-214
- Idioma: español
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Resumen
La violencia ha formado parte de la historia humana desde sus orígenes.
Sin embargo, en la actualidad cada vez son más frecuentes los casos protagonizados por menores dentro del entorno familiar y escolar. En una macroencuesta del Instituto de la Mujer (1999), 80.000 españolas reconocían ser maltratadas por sus hijos.
Mayoritariamente atribuyeron la conducta agresora a la educación permisiva, la crisis de valores y la pérdida de autoridad en la familia. No existe un modelo único de niño maltratador. Puede aparecer en cualquier nivel social o cultural. Pero es más común en hogares fragmentados cuyas principales víctimas son los padres divorciados que han malcriado en la primera infancia a los hijos renunciando a poner límites. “La carencia de límites está dando lugar a un niño insatisfecho, rebelde, plenamente autónomo, que con siete años quiere imponer sus criterios, que insulta, incluso agrede, que se cree el dueño absoluto del terreno que pisa. Ante esta situación, los padres, incapacitados para responder, ceden, y no hacen así sino acrecentar el poder de ese niño o niña” (José Luís Calvo, presidente de Prodeni). ¿Qué hacer frente a esta situación? Las medidas paliatorias pasan por educar en la “no violencia”. En estas edades aún es posible reforzar los sentimientos naturales de tolerancia, comprensión, compasión, empatía... Pero este empeño corresponde a la familia y, sólo como apoyo o refuerzo, a la escuela.
