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Los chinos también sueñan

  • Autores: Georgina Higueras y Rumbao
  • Localización: Política exterior, ISSN 0213-6856, Vol. 29, Nº 163, 2015, págs. 118-128
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • Lejos del "American dream" pero también del sueño de nación socialista, próspera, fuerte y armoniosa buscado por Xi Jinping, las aspiraciones de 1.350 millones de chinos son tan concretas como la igualdad ante la justicia, la libertad de expresión o la mejora del medio ambiente.

      El 29 de noviembre de 2012 se produjo un hecho insólito en China. La cúpula del Partido Comunista Chino (PCCh) - Xi Jinping y los otros seis integrantes del Comité Permanente del Politburó nombrados apenas dos semanas antes - acudió en pleno a la inauguración de una exposición en el Museo Nacional. El enorme edificio de estilo soviético ocupa el lateral oriental de la plaza de Tiananmen, justo enfrente del Gran Palacio del Pueblo, donde se había celebrado el XVIII Congreso del PCCh del que había salido la nueva dirección. La exposición llevaba por título El camino hacia el renacimiento y en ella se mostraba en gigantescos cuadros y esculturas el sufrimiento que infligieron las potencias coloniales al pueblo chino desde la Guerra del Opio (1840) hasta la fundación de la República Popular en 1949, y la consiguiente restauración de la grandeza del Imperio del Centro bajo el liderazgo de Mao Zedong.

      Fue en este simbólico escenario de loa al PCCh, cuando Xi pronunció las tres sílabas que han hecho correr más tinta desde entonces: Zhongguo meng (El sueño de China). Fueron apenas unas cuantas frases pronunciadas ante las cámaras, pero el eco retumbó más allá de las fronteras del país: "Debemos hacer esfuerzos persistentes, presionar con voluntad indómita, continuar impulsando la gran causa del socialismo con características chinas y luchar para lograr el sueño del gran renacimiento de la nación china".

      La arenga de Xi recordaba al American dream que describió el escritor James Truslow Adams en 1931. Sin embargo, no hay nada más opuesto. Según Adams, el American dream es la aspiración de libertad, éxito y logros del individuo, mientras que en la consigna de Xi no hay individuos, sino una nación. No se celebra el esfuerzo individual sino el colectivo para conseguir la unidad territorial, la estabilidad y el gran rejuvenecimiento de la patria (guojia), una palabra que en chino está formada por los caracteres guo (país, imperio) y jia (familia).

      El American dream sirve para cualquier ciudadano del mundo; el Zhongguo men, solo para los chinos, y se encuentra enraizado en su tradicional cultura colectivista. Explicado después miles de veces, el sueño de China consiste en lograr "una sociedad modestamente acomodada de forma generalizada para 2021, cuando el PCCh celebre su centenario. Se completa en una segunda fase, en la que la República Popular debe haberse convertido, para el centenario de su fundación, en 2049, en un "moderno país socialista, próspero, fuerte, democrático, armonioso y culturalmente avanzado". Esta descripción lleva implícita la reunificación con Taiwán, que oficialmente es una provincia�


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