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El camino hacia la Cumbre de París

  • Autores: Antxon Olabe Egaña
  • Localización: Política exterior, ISSN 0213-6856, Vol. 29, Nº 163, 2015, págs. 66-78
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • El acuerdo entre Estados Unidos y China era imprescindible para desbloquear la agenda climática global. Una vez logrado, y con los nuevos objetivos de la UE en materia de emisiones, el camino hacia la Cumbre del Clima de París en 2015 se presenta más promisorio.

      Los cambios climáticos han sido frecuentes en la historia de la Tierra. Ahora bien, el que está teniendo lugar en la actualidad como consecuencia de la intervención humana se desarrolla a una velocidad muy superior a los que han ocurrido en el pasado por causas naturales. La alteración del clima ya ha provocado una importante regresión en los glaciares de montaña; ha afectado a la disponibilidad de agua dulce en numerosas regiones, en especial en África subsahariana y Oriente Próximo; ha comenzado a alterar las zonas climáticas; ha causado un importante incremento de eventos extremos como olas de calor, sequías, huracanes e incendios; ha originado una drástica disminución de la extensión de hielo del Ártico durante los meses de verano; ha degradado la calidad de los ecosistemas de coral; ha aumentado el nivel del mar; ha generado una fuerte presión adicional sobre la biodiversidad, etcétera. Estos impactos están relacionados con un incremento de la temperatura media de la atmósfera de 0,85ºC respecto a los tiempos preindustriales.

      Con ese preocupante telón de fondo, el acuerdo presentado el 12 de noviembre de 2014 por los presidentes de Estados Unidos y China, Barack Obama y Xi Jinping, respectivamente, sobre la mitigación de emisiones por parte de sus países ha modificado el tablero de la política climática internacional. El acuerdo ha puesto fin a un profundo desencuentro que ha condicionado de manera muy negativa la agenda climática global a lo largo de las dos últimas décadas. EE UU se ha propuesto reducir sus emisiones en un 26-28 por cien en 2025 respecto a 2005. China se ha fijado el objetivo de disminuir las suyas en cifras absolutas a partir de 2030, y si es posible antes. Asimismo, también se ha comprometido a que las fuentes de energía no generadoras de emisiones supongan el 20 por cien de su mix energético. Este último objetivo implica que las fuentes de origen renovable (eólica y solar), la nuclear y quizá otras tecnologías de cero emisiones, como la captura y secuestro del carbono, alcancen un nivel equiparable a su parque actual de generación eléctrica (alrededor de un millar de gigavatios).

      El acuerdo se ha presentado semanas después de que el Consejo Europeo hiciese público su compromiso vinculante de reducir en 2030 las emisiones de la Unión Europea en un 40 por cien respecto a las de 1990. Previamente, había tenido lugar en Nueva York, el 23 de septiembre, la Cumbre Mundial sobre el Clima a iniciativa del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, encuentro acompañado de una movilización ciudadana sin precedentes. Se espera que el resto de los grandes emisores presente en los próximos meses sus compromisos de mitigación de manera que se vaya perfilando el camino hacia la Cumbre de París en diciembre de 2015.


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