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Carta de América: Nunca es tarde para las sorpresas en Washington

  • Autores: Jaime de Ojeda y Eiseley
  • Localización: Política exterior, ISSN 0213-6856, Vol. 29, Nº 163, 2015, págs. 8-15
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • Si 2014 terminó con el anuncio de Obama del reinicio de relaciones diplomáticas con Cuba, 2015 comienza con un Congreso en manos republicanas dispuesto a minar cualquier política del presidente.

      El "gran guiñol" que es Washington nos ha deparado cuatro dramáticas representaciones para el fin de 2014. Ante todo, la primera manifestación de lo que se propone realizar la mayoría republicana en el Congreso; la explosión de conflictos raciales con las fuerzas de seguridad; el escándalo del informe del comité de inteligencia del Senado sobre las torturas sistemáticamente infligidas por la CIA a los "combatientes enemigos"; y el anuncio, el 17 de diciembre, del comienzo de la normalización de relaciones diplomáticas con Cuba.

      Tras su éxito electoral en noviembre, los republicanos las tenían muy felices pensando en cómo iban a arruinar el sistema del seguro médico universal, Obamacare, y derrotar las medidas "unilaterales" que ha adoptado el presidente Barack Obama respecto a la inmigración ilegal, amenazando con reanudar las consabidas batallas sobre el presupuesto y forzar el cierre del gobierno como han hecho en ocasiones pasadas.

      Esta división de ambos partidos será importante durante la próxima legislatura. La fuerte oposición de Pelosi ha recordado a los republicanos que, por su división, necesitarán votos demócratas para la aprobación de sus proyectos, lo que les obligará a moderar sus ambiciones; y los demócratas saben que no tendrán más remedio que aceptar lamentables compromisos, conscientes de que muchos de sus congresistas no son partidarios de las aspiraciones ideológicas del ala izquierda del partido. Se diría que esto augura una legislatura eficaz pero, como dice el refrán, el diablo está en los detalles: falta mucho para que ambos partidos actúen de consuno respecto a tantas cuestiones que los enfrentan de manera existencial y al calor de la inminente campaña electoral para las elecciones presidenciales de 2016.

      Por ejemplo, ¿se atreverán los republicanos a invalidar las decisiones del presidente en favor de los inmigrantes ilegales nacidos en el país y en contra de la deportación de sus padres, permitiendo la residencia ilimitada de los estudiantes de Ciencias e Ingeniería o de los que traigan al país nuevas tecnologías y su financiación? Uno de los principales problemas de los republicanos es atraer el voto hispano y asiático, muy antagonizado por su oposición a una auténtica reforma de la Ley de la Inmigración que, además, desean las cámaras de comercio, la agricultura y las empresas hosteleras. La normalización de relaciones con Cuba, que anunciaron espectacularmente Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, el 17 de diciembre, será objeto de un tremendo conflicto entre el ejecutivo, que controla los viajes a la Isla y el tráfico financiero, y el Congreso, sin cuya aprobación no se podrá levantar el embargo. Con esta decisión, Obama pone fin a una de las políticas más equivocadas de EE UU en el continente americano y anticipa un cambio en las relaciones hemisféricas. Aunque, como recordó Castro en su mensaje televisivo, el principal problema de la relación bilateral sigue ahí - el embargo - Obama ha puesto fin a más de 50 años de hostilidad y, lo que es más importante, muestra el respaldo de EE UU a las reformas económicas que Castro está impulsando en Cuba, lanzando de paso un mensaje de apoyo a la sociedad civil cubana�


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