El artículo repasa la participación del escultor Juan Cristóbal González Quesada en el monumento salmantino dedicado a José María Gabriel y Galán que, realizado en los años veinte, contribuye a configurar el acervo artístico público de la ciudad durante el siglo XX. Además de analizarse los componentes estéticos, técnicos y procesuales del proyecto, se estudia el impacto social en su época, lo que contribuye a ampliar el espectro cultural del ensayo al ámbito de lo sociológico; hecho éste que ayuda a desplegar un retrato más amplio de Salamanca y su realidad artística en la primera mitad de la pasada centuria.
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