Las arquitecturas expositivas constituyen una parte fundamental de la historia del arte, comportándose como métodos de experimentación ideológica y tecnológica. Durante el siglo XX fueron los primeros escenarios en donde tuvieron lugar nuevas tendencias, estilos e incluso movimientos artísticos. El artículo centra su atención en una pequeña parte de la obra de Mies van der Rohe, en concreto en el Pabellón de la Electricidad y las 25 Muestras de la Industria Alemana, ambos construidos para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929; dos proyectos eclipsados por el reconstruido Pabellón Alemán y olvidados por la crítica coetánea y contemporánea.
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