En este artículo se presentan las implicaciones sintomatológicas, afectivas, sociales, cognitivas y conductuales, en personas institucionalizadas diagnosticadas con el trastorno antisocial de la personalidad (TAP). Para estos fines, se realizó una investigación cualitativa utilizando un estudio de dos casos. Los hallazgos sugieren que el inicio del comportamiento antisocial durante la niñez y la adolescencia no sólo se relaciona a la combinación de los factores de riesgo, sino también a procesos psicosociales. Además, en esta investigación se replican los hallazgos previos, que sugieren la relación entre el TAP y el crimen, la delincuencia y la violencia de género. Así, también se mostró la comorbilidad del TAP con otros trastornos en el eje I.
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