Este texto argumenta que el bombardeo atómico de Hiroshima no se puede contar sin antes haber reconocido los diversos enredos materiales que estuvieron (y aún están) involucrados en este acontecimiento histórico. El texto se basa en la teoría de la "ecocrítica material" de Serenella Ioviono y Serpil Opperman con el fin de analizar los múltiples significados vinculados al bombardeo. Esta teoría trata la manera en que diversas formas de lo material interactúan con la dimensión social y humana, las cuales producen constantemente configuraciones de significados y discursos. En consecuencia, el texto indica que la memoria de Hiroshima es un ejemplo importante en cuanto a la interacción entre lo material y discurso. Esto conlleva que la narración de este acontecimiento pasado no sea coherente. Sin embargo, este significado siempre se podrá fragmentar y negociar nuevamente. Este último aspecto se argumenta profundamente en el análisis de John Hersey en su artículo periodístico de 1946 "Hiroshima" y en una película de Alain Resnais de 1959 "Hiroshima Mon Amour", basada en un guión de Marguerite Duras. El análisis examina hasta qué punto estas diversas representaciones del medio constituyen por sí mismas un "material histórico", el cual ayudó a crear la memoria cultural del ataque nuclear, y, cómo a través de documentales/narración/medidas fílmicas se han podido reflejar los enredos materiales del bombardeo de Hiroshima. Por lo tanto, la historia y la memoria no son solamente vistas como un mero ejercicio cognitivo, sino como un proceso material dinámico lo cual conlleva varias implicaciones éticas.
The essay argues that the atomic bombing of Hiroshima cannot be told without taking into account and recognising the diverse entanglements of matter that were (and still are) involved in this historic event. In order to analyse the multiple meanings connected to the bombing, the essay draws on Serenella Iovino and Serpil Opperman's theory of "material ecocriticism", which deals with the way in which various material forms interact with the human or social dimension, constantly producing configurations of meanings and discourses. Consequently, the essay points out that memory of Hiroshima is a prime example for the interplay of material-discursive relations, which do not allow for the coherent storytelling of this past event, but for an ever-changing fragmentation and (re)negotiation of meaning. This latter aspect is extensively dealt with in the analysis of John Hersey's 1946 newspaper article "Hiroshima" and Alain Resnais's 1959 film "Hiroshima Mon Amour", based on a screenplay by Marguerite Duras. The analysis examines to what extent these diverse medial representations constitute "historical matter" themselves, which help(ed) to shape the cultural memory of the nuclear attack, and how they manage, through documentary/narrative/filmic measures, to reflect on the material entanglements of the bombing of Hiroshima. History and memory are thereby not only seen as merely cognitive undertakings, but as dynamic material processes that entail various ethical implications.
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