La gota es una enfermedad curable (1), sin embargo el desarrollo de su forma crónica se asocia tanto a una pérdida de la calidad de vida (2) como a un aumento del riesgo de muerte (3).
La gota es una enfermedad conocida desde la antigüedad, ya presente en los papiros egipcios, reconocida su condición familiar por Hipócrates, y siendo Galeno el que define la realidad clínica de los tofos. Es en el siglo XIX cuando comienza a ser usado la colchicina en los episodios agudos inflamatorios (EAI), la demostración radiológica y la concentración alterada en sangre del ácido úrico (AU).
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