Templado pero rotundo, fulminante pero sin odio, versado pero expectante, así nos ha recibido Baltasar Garzón cuando se cumplen cuatro años de su salida de la Audiencia Nacional. Censurado y desterrado como juez por la derecha que ahora le ha denegado el indulto, se ha enrolado en una nueva versión de sí mismo como abogado defensor en materia de Derechos Humanos. Mediático a la par que comprometido con la sociedad, denuncia el secuestro de la justicia española por los mercados y nos habla del buen vivir del corrupto en esta España de las avenidas de im`punidad.
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