Al considerar los diversos estadios recorridos por la especie humana, es necesario dar un puesto esencial al desarrollo de la agricultura como uno de los pilares sobre los cuales se asienta el desarrollo actual de la civilización. Sólo con la seguridad que brinda para el hombre el tener a la mano el alimento necesario, es posible para éste librarse de la obsesión del hambre y dedicar parte de sus energías al desarrollo intelectual y técnico. Por lo tanto, el saber de dónde provienen esas domesticaciones nos puede indicar los focos primigenios de los cuales han irradiado los elementos básicos de nuestra cultura.
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