El populismo tiene un arraigo histórico en América Latina, donde las secuelas de la Gran Depresión de 1929 y la configuración de sociedades nuevas con un fuerte componente migratorio hicieron que floreciera con éxito en esa época. Tras la ola de transiciones a la democracia que se produjeron a finales del siglo pasado, los populismos vuelven a estar presentes en las democracias latinoamericanas en los momentos actuales. Se impusieron como antídoto a la quiebra social que supuso la unión de la vuelta a la democracia, pero con recetas económicas neoliberales, que configuraron sociedades con gran desigualdad y altos niveles de pobreza.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados