La Socialdemocracia atraviesa por dificultades en España y en Europa que tienen que ver con el descrédito que está sufriendo la propia vida política. Muchas veces la política se encuentra sometida por poderes económicos a los que nadie ha votado y que significan la pérdida de derechos y de bienestar para amplios sectores de población. La existencia de una crisis de eficacia pública se ha ido convirtiendo en una crisis de legitimidad, conformándose un campo abonado para los populismos, que pueden ser el gran enemigo, porque se presentan ante los ciudadanos con fórmulas simples, que yerran en los análisis de la realidad.
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