La mirada a la sociedad, en todos sus aspectos y situaciones, puede ser bien distinta depende de quién o con qué fin se dirija el objetivo de la cámara. El precepto vertoviano de "Yo, máquina, os muestro el mundo tal y como sólo yo puedo verlo" depende de que ésa sea dirigida a la realidad, aunque resulte incómoda, o bien sea complaciente con la mirada oficial. Un caso paradigmático del uso de esa mirada intencionada lo encontramos ante un hecho derivado de la emigración: el barraquismo, que pasó a ser de inexistente para la mirada oficial a objeto de denuncia para la no oficial.
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