Reflexionar desde nuestro oficio sobre la guerra del 36, la posguerra, la dictadura y la transición, implica un desafío. Supone el abordaje de un acontecimiento complejo y devastador para la humanidad, que ha quedado inscrito de forma indeleble como una herida difícil de cicatrizar en la subjetividad de quienes lo vivieron en primera persona y en sus descendientes.En nuestra tarea grupal impulsamos la estructura y el funcionamiento del original grupo de vida, mediante la fórmula restitutoria de los grupos de palabra y de reflexión; una manera de reconocimiento de la encrucijada freudiana del sujeto con el grupo.En el grupo que presentamos, la dinámica interna condujo a una reflexión ligada al género. Mujeres que no se han resignado a que sus experiencias desaparezcan, que vindican romper con el carácter silenciado de la memoria y que resignifican el pasado personal y colectivo, intentando sanar el presente.El análisis de los coordinadores de este grupo puso de manifiesto como los traumas subterráneos transgeneracionales son una expresión del trauma de la discriminación sufrida y compartida por las mujeres.Los profesionales que intervienen en estos grupos tienen una responsabilidad ética que sólo podrán cumplir si saben desde que posición escuchan.
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