Susana Marqués Andrés, Lourdes Barrasa Santamaría, Mª Milagros Amundarain Lejarza, Mercedes Landa Aqueche
El trastorno de conducta es un patrón repetitivo y persistente de comportamientos agresivos, desafiantes o antisociales, es una de las formas más frecuentes de alteración psiquiátrica en niños y adolescentes dentro de nuestro entorno, pudiendo aumentar en la adolescencia. Este trastorno supone una violación de las normas sociales y/o de los derechos de los demás.En la alteración de conducta son características la intolerancia a la frustración, la impulsividad y no saber esperar para conseguir lo deseado; tendencia a la hostilidad, descontrol de impulsos y búsqueda de sensaciones. Estos hábitos obligan a que la intervención sea precoz.Si bien es cierto que la adolescencia es una etapa de vulnerabilidad para comportamientos antisociales, afirmaciones como “todavía es joven” pueden ser una forma de negar la evidencia: la existencia de un problema real y grave que puede empeorar y cronificarse.El entrenamiento en habilidades sociales en el amplio sentido de la palabra promueve comportamientos prosociales, desarrollando la empatía y utilizándola como factor modulador.El objetivo del presente trabajo es exponer el protocolo de actuación enfermera con los adolescentes, engarzado dentro del protocolo médico de actuación dentro de la Unidad de Psiquiatría Infanto Juvenil del Hospital de Basurto, en Bilbao. Disminuir la prevalencia del problema supone intervenir con estos adolescentes, pero también con sus padres.La evaluación de la intervención efectuada con el protocolo se realiza con un instrumento de elaboración propia para conocer la satisfacción de los adolescentes con las intervenciones realizadas, su utilidad y aplicabilidad en la vida cotidiana.
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