México
Este artículo busca ser un detonante provocador para la reflexión y posterior discusión en torno al papel que como docentes de las teorías de la comunicación estamos asumiendo al momento de enseñar en las licenciaturas propias de nuestra disciplina; pensar si es que somos creadores de mitos, adoradores de los dioses de la comunicación, o sencillamente sea que como profesores ya contamos con una serie de manías que nos llevan a reproducir posturas mitomaniacas enraizadas quizá desde de nuestras épocas mismas de estudiantes, en torno a lo que significan las posturas teóricas del campo comunicacional.Pero más allá de ser un mero recuento de nuestras a menudo frustrantes travesías y andanzas por los salonesde clase, es la provocación encaminada a asumir una posición de reto crítico con el que podamos aprovechar los verdaderos potenciales explicativos que tiene nuestra disciplina, y entonces sí, vaciarlos en la formación realmente profesional de los estudiantes, para alcanzar una formación comprometida con las múltiples realidades que nos interpelan cotidianamente.
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