Con la misma disciplina con la que se somete a sesiones de rehabilitación, Don Juan Carlos se esfuerza por mejorar su imagen. El monarca se enfrenta a una doble recuperación, la física y la pública, para acallar de una vez las voces que hablan de abdicación. En una estrategia donde nada es casual, el Rey se ha puesto a la cabeza del mayor desafío al Estado: la amenaza separatista de Cataluña. El mismo día en que instaba a la nueva promoción de jueces en Barcelona a tener presente la Constitución en presencia de Artur Mas, El Periódico publicaba que busca el diálogo entre PSOE, PP y CiU y se ha reunido con políticos y empresarios para intentar desactivar la consulta del 9-N. La Corona, con la inestimable ayuda de partidos y medios de comunicación, ha cogido las riendas de la defensa de la Carta Magna para intentar retomar su propio destino tras dos años y medio de desgaste.
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