Introducción: La población universitaria española es vulnerable en sus hábitos alimentarios por diversas circunstancias. Esto implicaría en muchos casos el abandono de una dieta tradicional Mediterránea.
Objetivo: Determinar la adherencia a la dieta mediterránea (ADM) de una población universitaria de futural Maestras y analizar diversos factores que pudieran condicionar su calidad nutritional.
Material y métodos: Distribución del test Kidmed a una muestra de 212 universitarias con edades comprendidas entre 21 y 24 años. El índice Kidmed (de 0 a 12) indicaba si la ADM era baja (de 0 a 3), media (de 4 a 7) o alta (de 8 a 12). De cada encuestada se registraba edad, peso, talla e índice de masa corporal, así como la actividad física semanal. Para la comparación de los datos se han utilizado el test Chi cuadrado, la prueba Mann Whitney y ANOVA de un factor utilizando el programa estadístico SPSS 15. Resultados: El 15,1% tenían un índice Kidmed bajo, el 60,4% intermedio y el 24,5% alto. La diferencia entre los diferentes grados de ADM y la situación nutricional (IMC) no existían diferencias significativas. Las diferencias entre aquellas alumnas que realizan actividad física (66%) y no (34%), respecto del índice Kidmed (< 0,05), eran debidas principalmente al desayuno (consumían más cereales y derivados y menos bollería).
Conclusiones: El 75,5% de las futuras Maestras necesitaban mejorar su ADM. En general, potenciar un desayuno de calidad y un mínimo de actividad física diaria serían dos aspectos nucleares en la mejora de hábitos. Sería conveniente establecer campañas educativas nutricionales para este tipo de población y máxime teniendo en cuenta su futura función social como educadores.
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