El tronco arterioso es una anomalía cardiaca relativamente rara, con una incidencia del 0,21-0,34% de los pacientes nacidos con anomalías cardiacas congénitas. Sin reparación quirúrgica precoz, menos del 10% de los pacientes superan el primer año de vida. Presentamos un caso de muerte súbita en una paciente de 32 años con tronco arterioso persistente sin corregir quirúrgicamente, y que había llevado una vida compatible con la normalidad hasta los 28 años.
Los principales hallazgos de autopsia son un tronco arterial único, donde desembocan los conos de salida de ambos ventrículos. Las arterias coronarias tienen su origen por encima de la válvula truncal. La arteria descendente anterior está lateralizada hacia la izquierda, mientras que las ramas ventriculares de la coronaria derecha son de un tamaño y longitud superiores a lo normal.
La descompensación originada por un episodio de vómitos y diarrea previo a su fallecimiento podría justificar una muerte súbita por taquiarritmia.
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