El personaje protagonista de la ya finalizada sitcom Rockefeller Plaza (30 Rock, NBC, 2006-2013), Liz Lemon, puede definirse como la caricatura de un modelo de mujer que se siente fracasada por su incapacidad de �tenerlo todo�, esa utopía conciliadora impuesta al género femenino casi desde su incorporación al mundo del trabajo. Liz es la jefa de guionistas de un programa de sketches humorísticos en directo de relativo éxito, un puesto de gran exigencia que trata de compaginar con una inexistente vida no laboral. Así, muchos de los gags recurrentes de la serie proceden de insistir en los desastrosos resultados de su torpeza a la hora de conciliar estas dos áreas de su caótica vida diaria, derivando en una enorme confusión entre los dos ámbitos. Realizando un análisis genérico de la presentación del personaje, este breve estudio pretende analizar cómo la puesta en escena es empleada para insistir en este desorden que caracteriza a la protagonista de Rockefeller Plaza. Por otra parte, se realizarán algunos comentarios en torno a las frustrantes consecuencias del irreal modelo de superwoman capaz de resolver por sí misma todos los problemas (consiguiendo con ello un gran éxito profesional y personal) y al papel jugado aquí por la parodia de dicho estándar.
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