El carcinoma de esófago es el cuarto tumor más frecuente del tubo digestivo, con una incidencia creciente en los últimos treinta años. Es fundamental realizar un estadiaje adecuado debido a que tanto el tratamiento a aplicar, como el pronóstico del paciente dependen de ello. Se disponen de varias técnicas diagnósticas, tanto endoscópicas (gastroscopia, ecoendoscopia) como radiológicas (tomografía axial computarizada, tomografía por emisión de positrones�). Entre ellas cabe destacar el papel de la ecoendoscopia, que ha demostrado su utilidad y eficacia en la determinación de la afectación del tumor sobre la pared esofágica, así como la afectación ganglionar en comparación con otras técnicas. En esta revisión se trata la evidencia científica existente acerca de la aportación de las técnicas endoscópicas en el manejo de los pacientes con carcinoma esofágico.
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