La "número tres" de la Comisión Europea tras el presidente y la titular de Exteriores pasó por Barcelona la semana pasada luciendo su Creu de San Jordi, concedida por la Generalitat en 1992, y apelando al diálogo entre los gobiernos español y catalán para evitar la independencia. Nunca se habría imaginado tener que responder tantas veces sobre la relación entre España y Cataluña. Su visista creó mucha expectación tanto entre la clase política como entre los ciudadanos que querían oir directamente la "voz de Europa". Durante su visista, recibió a El Siglo en la sede de la Representación de la Comisión Europea invitando a los dos Ejecutivos a "negociar con mentalidad abierta y sin líneas rojas".
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