Laura López Cruz, Marta Pardo, Alicia Dosda, Mercé Correa
El consumo de bebidas energéticas, solas o combinadas con alcohol, se está convirtiendo en una práctica común entre la población joven. Las investigaciones actuales giran en torno a la hipótesis de que la cafeína, presente en la mayoría de bebidas energéticas en altas concentraciones, combinada con el alcohol, podría contrarrestar algunos efectos de la intoxicación alcohólica.
En este sentido, los consumidores informan percibir una reducción del sueño y un aumento de la sensación de placer cuando combinan estas dos sustancias. Estos resultados hacen pensar en que la combinación de estas dos sustancias legales podría reducir los efectos depresores del alcohol y/o incrementar la intensidad/duración de sus efectos excitadores (Ferreira et al., 2004). Mientras que los efectos de la cafeína y del alcohol como sustancias aisladas han sido ampliamente estudiados, pocos han sido los estudios que han explorado su posible interacción.
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