Desde su aparición con los Reyes Católicos, el tribunal de la Inquisición española trató de difundir la religión católica por todas partes de España y rehusar la práctica de cualquier otro culto. La actuación de la Inquisición ha evolucionado en el transcurso de los años para llegar al final a una fase de intransigencia para con los moriscos. Tras una serie de represiones, de tortura y de condenaciones a muerte, Felipe III decidió en 1609 la expulsión general de los moriscos del territorio español. Las causas son diversas; entre las cuales podemos mencionar la falsa conversión de algunos moriscos al cristianismo y su colaboración con el Turco para causar daño al Imperio español y cautivar a los cristianos
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