Algunos profesores tienen la experiencia del niño que es incapaz de estar sentado, que después de haber dado instrucciones detalladas para toda la clase, pregunta qué es lo que hay que hacer; del niño que difícilmente concentra su atención en las explicaciones o en el trabajo durante varios minutos seguidos. Ese niño que, con frecuencia, hace ruidos que molestan a los alumnos de al lado; que, con demasiada facilidad, se ve metido en jaleos o problemas tanto en sus relaciones con sus compañeros como con los adultos. Son niños que difícilmente pueden mantener la atención en una tarea o juego y que no tienen paciencia suficiente para esperar un acontecimiento deseado
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