Desde 1992, cuando la extinta Unión Soviética cerró el grifo de las ayudas económicas, los cubanos viven sumidos en una profunda crisis. El pasado mes de enero se cumplió el 45 aniversario de una revolución que lejos de cumplir sus objetivos ha sumido a los cubanos en un callejón sin salida. En los albores del siglo XXI, una gran mayoría de los habitantes de la isla venden sus escasas pertenencias en los rastrillos, trapichean con los turistas y sueñan con la posibilidad de poder consumir en los años venideros
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