Este artículo reflexiona, sobre la base de estudios anteriores de su autor en La Huerta (Quebrada de Humahuaca, Provincia de Jujuy), acerca del papel de las experiencias del arqueólogo en el análisis de las formas particulares de ordenar y percibir el espacio y en el trabajo de campo como instancia fundamental en la generación de interpretaciones sobre el pasado. Se defiende el valor de potenciar un acercamiento experiencial al registro arqueológico, como procedimiento para extender el conocimiento por nuevas vías y profundizar críticamente en las existentes.
The article reflects, from previous studies by the author in La Huerta (Quebrada de Humahuaca, Jujuy Province), on the role of the archaeologist�s experiences in the analysis of particular ways of organizing and perceiving space, and in fieldwork as a fundamental instance in generating interpretations about the past. It stands up for the importance of strengthen an experiential approach to the archaeological record as a procedure to extend knowledge in new ways and to deepen critically in existing ones.
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