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SOPORTE NUTRICIONAL DEL PACIENTE CON ICTUS

  • Autores: Rosa Burgos Peláez, H. Segurola, Irene Bretón Lesmes
  • Localización: Nutrición hospitalaria: Organo oficial de la Sociedad española de nutrición parenteral y enteral, ISSN-e 1699-5198, ISSN 0212-1611, Vol. 29, Nº. Extra 2, 2014 (Ejemplar dedicado a: ENFERMEDADES NEUROLÓGICAS), págs. 57-66
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • El ictus es un problema de salud pública de primer orden. En los países desarrollados es una de las primeras causas de muerte, junto con la enfermedad cardiovascular y el cáncer.

      Además, el ictus es la primera causa de discapacidad permanente en la edad adulta. Muchos de los pacientes que sobreviven lo hacen con secuelas importantes que les limitan en sus actividades de la vida diaria.

      La mayor parte de ictus (80-85%) son de origen isquémico, mientras que el resto son hemorrágicos. Se han identificado numerosos factores de riesgo modificables, algunos con una importante relación con factores dietéticos o con comorbilidades en las que la dieta tiene un impacto relevante.

      La incidencia de desnutrición en los pacientes con ictus no es bien conocida, pero muy probablemente impacta sobre el pronóstico del paciente. Por otro lado, el estado nutricional del paciente ingresado por ictus frecuentemente se deteriora durante el ingreso hospitalario. Se hace necesario realizar una valoración nutricional del paciente en las primeras horas del ingreso, para determinar tanto el estado nutricional como la presencia de disfagia.

      La disfagia, a través de la alteración de la seguridad y de la eficacia de la deglución, es una de las complicaciones que más condiciona la política de soporte nutricional, y debe tratarse con contundencia para evitar la neumonía por aspiración, que es la principal causa de mortalidad en el paciente con ictus.

      El soporte nutricional debe iniciarse en las primeras horas.

      En pacientes sin disfagia o con disfagia leve que puede ser controlada con modificación de la textura de la dieta, se iniciará dieta oral y se utilizarán suplementación nutricional oral si el paciente no cubre sus requerimientos nutricionales. No hay evidencias que apoyen el uso de suplementos nutricionales de manera rutinaria.

      Los pacientes con disfagia severa, o con disminución del nivel de consciencia precisarán nutrición enteral. Las evidencias actuales indican que la nutrición debe iniciarse precozmente, a través de sonda nasogástrica, sin que se haya mostrado ventajas de realizar una gastrostomía de alimentación precoz. La gastrostomía se planteará cuando el soporte nutricional enteral se prevea a largo plazo (más de 4 semanas) Numerosas evidencias apuntan hacia la importancia del control glucémico durante el ingreso por ictus. La hiperglucemia al diagnóstico y durante las primeras horas del ingreso impactan en el pronóstico del paciente. Se discute aún el objetivo de control glucémico necesario para modificar este pronóstico sin añadir iatrogenia por hipoglicemias.


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