En ocasiones, la cantera de un club deportivo, no da prioridad a inculcar los valores positivos del deporte, sino que se configura como un mero activo patrimonial, ya que se intenta asegurar por todos los medios, que los menores y futuras promesas del deporte, militen en el club que les formó al alcanzar la mayoría de edad. Tales circunstancias derivan en prácticas de dudosa legalidad, como la analizada en el presente trabajo, consistente en la formalización de un precontrato firmado por los representantes legales del menor, en virtud del cual, dicho menor se obliga a suscribir un contrato de deportista profesional, al alcanzar la mayoría de edad, con el añadido de la inclusión de cláusulas penales, cuyas cuantías indemnizatorias son millonarias.
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