Un día, mirando Internet, aparece una entrevista en una web coqueta en la que hablan de una banda de chicas. Bueno, eso puede ser común y hasta corriente, pero había algo más. Las Flaming Dolls no habían sacado todavía su primer LP, pero parecía que ya tenían un par de ellos. Era la actitud de Laura (voz y guitarra), Blanca (batería), María (bajo) y Ale (teclados) lo que más llamaba la atención. Su perseverancia y �cabezonería� a la hora de continuar con el grupo ha formado la mejor de las intenciones desde que salieron de Málaga con una maqueta para moverse en la capital. Actualmente piensan en terminar el futuro y primer álbum, pero el trabajo de base está tan bien fraguado que ninguna tormenta arrasará con la edificación de Flaming Dolls.
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