El voto de María Teresa Fernández de la Vega en las Elecciones Generales del 9-M de 2008 es, cuando menos, un voto fraudulento. La vicepresidenta se empadronó fuera de plazo en Beneixida (Valencia), pero "alguien" manipuló presuntamente el Censo para que Fernández de la Vega votara en aquella localidad, incumpliendo de manera flagrante la legislación vigente. De hecho, la "número dos" del Ejecutivo pudo cometer delito o infracción electoral.
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