Durante los meses de julio y agosto de 2013, el histórico conflicto de España y Gibraltar vivió una fuerte escalada, después de que el Gobierno de la Roca lanzara unos setenta bloques de hormigón en las aguas territoriales disputadas con España, y de que el Gobierno español reaccionara reforzando los controles fronterizos. La sucesiva expansión del puerto y del aeropuerto gibraltareños y, sobre todo, la declaración unilateral del perímetro de tres millas náuticas como aguas territoriales propias de Gibraltar son decisiones que nunca han sido aceptadas por España. Después de una aparente tregua, ¿cómo evoluciona el conflicto?
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