Suele ser relativamente habitual que la denegación de un permiso de asuntos propios, o no concrete las causas que justifican tal decisión, o lo haga bajo el amparo de motivos genéricos y estandarizados. Sin embargo, y dada la incidencia que puntualmente y en la vida personal de un funcionario puede tener tales decisiones administrativas, cada vez más el poder judicial tras revisar dichos actos resuelve sobre su anulación, al entender que no han sido respetados, con el esmero que para estos casos precisa el legislador y la doctrina jurisprudencial, los exigidos cánones de motivación
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