El análisis de las unidades sedimentarias y estructurales del país sudpirenaico al W y al E del Segre muestra que, antes del Eoceno medio, la unidad sudpirenaica central y la zona del Pedraforca, alineadas de W a E, formaban cuerpo con el occidente de la serie del Cadí constituyendo una unidad única. Dos grandes accidentes E-W con múltiples juegos esencialmente en sentido vertical, afectaron la evolución tectónica y sedimentaria de este conjunto: el accidente de Coll de Nargó - Pedraforca, a lo largo del Senoniense y albores del Paleoceno, y el accidente del Montsec - Catllaràs durante el Paleoceno-Eoceno inferior y medio. La sedimentación posterior al Cuisiense inferior, del que será el antepaís sudpirenaico catalán occidental, es analizada y dividida en unidades que luego son relacionadas con el dispositivo tectónico sudpirenaico producto de las fases intra y post Eoceno medio-superior. Este análisis enseña que entre las unidades tectónicas sudpirenaicas y las unidades sedimentarias del antepaís no existe un tipo de contacto geométrica y temporalmente homogéneo. En efecto, el contacto entre serie del Cadí y zona del Pedraforca es una falla en dirección más o menos cabalgante de edad intra-luteciense; por el E y el S de la zona del Pedraforca las pruebas locales de continuidad estratigráfica entre esta unidad sudpirenaica y el antepaís y ésto desde el Cretácico superior-Paleoceno hasta el Eoceno superior-Oligoceno, no permiten admitir superposición tangencial hacia el S cuantitativamente significativa; el contacto del borde SE de la unidad sudpirenaica central al W del Segre constituye un verdadero frente de cabalgamiento de edad intra y post Priaboniense, con una superposición tangencial considerable sobre el Eoceno superior marino del antepaís. La interpretación actualmente más generalizada imagina las unidades sudpirenaicas como una serie de mantos superpuestos desplazados de NNE a SSW según una secuencia de bloque inferior entre el Maastrichtiense y el post Priaboniense. A este modelo se le opone una larga lista de objeciones basadas en hechos evidentes, con lo que resulta insostenible. Finalmente, un ensayo evolutivo permite seguir cómo se originaron las estructuras actuales partiendo de la 'pan-unidad' pre-luteciense con el concurso de dos grandes sentidos de desplazamiento: uno del NW hacia el SE (de algunas decenas de kilómetros) y otro del SW hacia el NE (cuantitativamente menor). En ambos casos imaginamos que sus causas inmediatas fueron importantes movimientos de zócalo.
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