En la sencillez puede residir la clave del éxito. Seguir una pauta diagnóstica desde la patología más habitual y sencilla a la más complicada es una buena forma de afrontar cualquier caso que llegue a la clínica. El prurito es un síntoma muy común en las afecciones dérmicas, sobre todo en las de origen alérgico, por lo que llevar a cabo un diagnóstico diferencial estructrado y metódico sobre su etiología es básico para poder eliminarlo.
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