Este ensayo se propone poner de manifiesto la lectura que ha venido tomando el psicoanálisisntras la muerte de Jacques Lacan, una posición poslacaniana caracterizada por la biologización de lo humano superpuesta a la lectura del sujeto, versión que da lugar a un psicoanálisis que se encarga de trabajar lo real del cuerpo a manera de la sustancia aristotélica. Un buen marco para construir otra versión, que no sea la del cuerpo individual, es el seminario 20, donde Lacan aborda el goce, pero un goce no defmido por el ser viviente, sino de un goce sostenido a partir del Otro.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados