La sustitución de dientes perdidos tras un traumatismo en niños puede ser una indicación importante de tratamiento implantológico precoz. Los implantes dentales osteointegrados, igual que los dientes anquilosados, modifican su posición conforme se van produciendo cambios relacionados con el crecimiento en los maxilares (desplazamiento, remodelación, deriva mesial). El crecimiento facial del niño, e incluso del adolescente, además de la erupción continua de los dientes anteriores adyacentes, genera un riesgo significativo de conseguir peores resultados estéticos y/o funcionales. En los pacientes con un perfil facial normal se debería retrasar la colocación de implantes hasta que se complete el crecimiento. En los enfermos con una cara alargada o corta el crecimiento, sobre todo la erupción de los dientes adyacentes de forma continua, genera un grave riesgo incluso después de los 20 años de edad, según han puesto de manifiesto estudios clínicos recientes. Esta revisión trata de explicar estos fenómenos y aporta algunas recomendaciones para la colocación de los implantes.
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