Las lesiones de furca son situaciones clínicas exigentes para el periodoncista en su tratamiento. El acceso a las mismas y su anatomía hacen que el éxito del tratamiento pueda ser limitado. Pontoriero y colaboradores, en 1987, obtienen resultados clínicamente excelentes tras el tratamiento con regeneración tisular guiada de furcas de clase II y III. Por el contrario, la literatura ha demostrado que el tratamiento de este tipo de defectos no es predecible. Factores como el hueso interproximal a la lesión de furca o la variabilidad de resultados entre diferentes clínicos pueden explicar dichas discrepancias.
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