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Muhammad y el monacato sirio

  • Autores: José María Blázquez Martínez
  • Localización: Gerión, ISSN 0213-0181, Vol. 30, Nº 1-2, 2012, págs. 293-342
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • español

      En este trabajo se comparan puntos fundamentales de la religiosidad del Corán con los del monacato sirio. Para S. Juan Damasceno, que vivió muchos años en la corte de los Omeyas y desempeñó altos cargos, Muhammad es un hereje cristiano; los grandes investigadores protestantes del siglo XX, como Harnack, Schlatter, o Wellhausen, afirman que era un ebionita, esto es, un judío-cristiano heterodoxo de los que vivían en Palestina y Siria, tesis que aceptó el gran teólogo católico H. Küng, partidario de un diálogo con el Islam. Muhammad llevó, al principio, una vida en la montaña, muy parecida a la de los monjes cristianos. No se puede dudar de un fuerte influjo del monacato palestino y sirio en la religiosidad de Muhammad, como indica D. J. Sahas, excelente conocedor de S. Juan Damasceno. La religiosidad de Muhammad, del monacato sirio y de Jesús, tienen un fuerte carácter social, al igual que la de los grandes profetas de Israel. El presente estudio confirma la frase de Seyyed Husseyn Nasr, de que los primitivos musulmanes son monjes que no guardan el celibato.

    • English

      This paper compares fundamental aspects of religiousness in the Qur�an with that of Syrian Monasticism.

      Muhammad is a Christian heretic according to Saint John of Damascus, who lived many years in the Umayyad court, where he held important posts. The great protestant investigators of the 20th century �Harnack, Schlatter, Wellhausen� maintain he was an Ebionite, in other words, a heterodox Jewish Christian, who lived in Palestine and Syria. A thesis accepted by the great catholic theologian H. Küng, a supporter of dialogue with Islam. Muhammad lived at the beginning a mountain life, very similar to that of Christian monks. A strong influence of Palestinian and Syrian Monasticism in Muhammad�s religiousness can�t be put in question, as D. J. Sahas, an excellent connoisseur of Saint John of Damascus and Muhammad, points out. The religiousness of Muhammad, of Syrian Monasticism and of Jesus have strong social character, like that of the great prophets of Israel. This paper confirms the sentence of Seyyed Husseyn Nasr, that primitive Muslims were monks who did not keep up with celibacy


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