Un varón de 68 años acude a consulta refiriendo molestias en la cavidad oral, aparición de llagas y, en ocasiones, dolor al comer. Tiene estos síntomas desde hace casi un año, pero no lo los había consultado previamente. Se ha llegado a acostumbrar a las molestias. Padece hipercolesterolemia (sinvastatina) y es fumador de cuatro puros diarios. Carece de otros antecedentes de interés. Al realizar la exploración intraoral, se observan varias erosiones y ampollas en ambas mucosas yugales, rodeadas en algunas zonas de lesiones de aspecto blanquecino.
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