La neuromodulación para el tratamiento del dolor se remonta a los tiempos de los antiguos egipcios, quienes aplicaban corrientes eléctricas producidas en la naturaleza para modular la sensación dolorosa. Desde entonces, este concepto ha evolucionado de forma paralela al desarrollo científico y tecnológico, y se han originado diversas modalidades de neuromodulación con indicaciones y características diferentes. Los pacientes con dolor crónico pueden estar en situaciones de incapacidad significativa, con importantes repercusiones físicas, laborales y sociales. La estimulación de nervios periféricos, medular crónica analgésica, cerebral profunda y motora cortical son técnicas eficaces en pacientes seleccionados, que ofrecen control del dolor con escasos efectos secundarios.
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