Atxu Amann Alcocer, Angelique Trachana, M. Grigriadou
Si Dorothy fuera contemporánea nuestra, con toda seguridad no habría regresado nunca de Munchkinland. Sin embargo, nuestras casas se parecen bastante a la granja donde regresó de aquel sueño de libertad.
Vivimos en nuestras casas de ayer unas vidas de ciencia ? cción. Un espacio concebido en el siglo pasado como machine à habiter implementado con mecanismos, aplicaciones y artefactos más o menos robóticos que conviven felizmente con cortinones de terciopelo y recuerdos de familia. De la vivienda como el mayor tema de interés socio-económico del siglo XIX y su producción centrada tanto en el tipo como en la regulación dimensional se pasó a una regulación relativa a la seguridad, higiene y salubridad para llegar, ya en las vanguardias del siglo XX, a través de la estética purovisualista, a la industrialización y la prefabricación.
Sin embargo fuera de la arquitectura, la gran revolución de la vivienda llegó de la mano del teléfono y la televisión que han organizado el tiempo doméstico. El tiempo ha superado al espacio y la casa del futuro ampliada en torno al recorrido del ipad y el smartphone evolucionado se convierte en interfaz entre el cuerpo y la ciudad.
Nuestra comunicación pretende introducir �augmented home�, como el tiempo doméstico, sistema integrado de cuerpo e información.
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