Resumen de La autoevaluación formativa como instrumento para potenciar el aprendizaje autónomo de los estudiantes: caracteres, objetivos y estrategias
María Mercedes Alberruche Díaz-Flores, Teresa Echevarría de Rada, Eva María Martín Azcano, María Medina Alcoz
El proceso de convergencia europea ha obligado a los docentes a cambiar el modelo educativo tradicionalmente centrado en la enseñanza, hacía un modelo basado en el aprendizaje; y ha implicado, en consecuencia, sustanciales cambios en la percepción que los profesores tenemos de nuestra tarea docente y, en particular, en la concepción de la evaluación y sus distintas técnicas para orientar y fomentar el aprendizaje autónomo de los estudiantes.
En el contexto europeo, la denominada evaluación formativa se torna herramienta basilar dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje. Tiene que ser continua y desarrollarse, durante todo el cuatrimestre y no solo al final del mismo. La evaluación no consiste en transmitir unos resultados cuantitativos -una mera calificación académica- al estudiante cuando finaliza la enseñanza de la asignatura, sino que ha de convertirse en un asesoramiento cualitativo que permita al alumno mejorar y superarse a lo largo de todo el proceso educativo.
Surge, por tanto, la necesidad de desarrollar nuevo métodos, nuevas estrategias, que permitan valorar más adecuadamente la adquisición por parte del alumno de las competencias de las asignaturas establecidas en su Grado. La evaluación se erige en una herramienta imprescindible de una enseñanza integral que sirve tanto al docente como al discente, desarrollando funciones principalmente formativas. La evaluación debe ser concebida como una actividad cardinal del aprendizaje, pues, a través de ella, el estudiante adquiere conocimientos y desarrolla competencias.
Las diversas técnicas que describimos en este trabajo tratan de potenciar la adquisición de estrategias de aprendizaje autónomo y permanente, fomentar el trabajo colaborativo y, en definitiva, otorgar un mayor protagonismo al estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es en este marco donde creemos que resulta de vital importancia promover la autoevaluación (así como la e-autoevaluación) formativa del estudiante.
La autoevaluación es un tipo de evaluación ligada íntimamente con el aprendizaje autónomo y con el aprendizaje a lo largo de la vida ; al realizarse por el propio estudiante, le permite comprobar su concreto nivel de aprendizaje y, lo que es mas importante, reorientarlo. La técnica de la autoevaluación formativa se desarrolla a través del conjunto de actividades autocorrectivas (acompañadas de soluciones) que permiten al interesado comprobar su nivel de aprendizaje en cada uno de los objetivos marcados. Constituye, pues, un instrumento muy útil que facilita valorar, respetar y atender los distintos ritmos de aprendizaje de cada estudiante, marcados por características relativas a sus conocimientos previos, su nivel de atención y concentración, su capacidad, su estrategia cognitiva, su estilo de aprendizaje o su motivación. La autoevaluación es, por tanto, la estrategia por excelencia para educar al estudiante en la responsabilidad y para que aprenda a valorar, reflexionar y autocriticar su proceso de enseñanza-aprendizaje individual.
